La depresión , un trastorno mental que afecta al estado de ánimo de las personas, es una condición que actualmente vive un alto porcentaje de la población mundial. Este trastorno, que ha visto un incremento en sus tasas durante y después de la pandemia del COVID-19, sigue en aumento debido a factores como la desigualdad, la pérdida de empleo y un apoyo social ineficaz.

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Ante los desafíos presentados por la medicación tradicional, muchas personas con depresión han explorado terapias alternativas, desde la meditación y la acupuntura hasta cambios en la dieta y la psicoterapia. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) mostró una nueva posible vía de tratamiento a través de la gestión de la temperatura corporal.

El estudio, liderado por la Dra. Ashley Mason, reveló que las personas con depresión tienden a tener una temperatura corporal más alta que aquellas sin este trastorno. Esta observación abre la puerta a posibles terapias centradas en la reducción de la temperatura corporal, como la terapia de calor a través de una bañera de hidromasaje o la sauna, para proporcionar beneficios en la salud mental.

Los resultados del estudio

Analizando datos de más de 20 mil participantes de 106 países, el equipo de la Dra. Mason encontró que la severidad de los síntomas de depresión estaba directamente relacionada con el aumento de la temperatura corporal. Este descubrimiento sugiere que intervenciones que alteren la temperatura corporal, como el yoga caliente, los baños hipertérmicos y las saunas de infrarrojos, podrían tener un potencial terapéutico significativo.

También sugieren que elevar temporalmente la temperatura corporal para luego permitir que el cuerpo se enfríe puede tener un efecto antidepresivo más duradero que los métodos de enfriamiento directo. En UCSF, se están realizando estudios que combinan tratamientos de sauna con terapia cognitivo-conductual para evaluar su efectividad en el tratamiento de la depresión.

A su vez, se subraya la necesidad de continuar explorando el vínculo entre la temperatura corporal y la depresión, considerando factores como la inflamación y las vías termosensoriales. Además, abre el debate sobre el potencial de terapias de enfriamiento, como la crioterapia y los baños de hielo, en el tratamiento de la depresión.

Aunque los resultados son prometedores, es necesario realizar más investigaciones para comprender completamente este vínculo y desarrollar estrategias de tratamiento eficaces y accesibles. La exploración de la relación entre la temperatura corporal y la salud mental representa una vía innovadora para abordar un trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo, con el potencial de mejorar significativamente su calidad de vida.

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