La búsqueda de la felicidad es una constante en la vida del ser humano, una aspiración innata que nos motiva y dirige. Sin embargo, definir qué es realmente la felicidad es un reto que ocupó a miles de filósofos, psicólogos y pensadores a lo largo de la historia. La felicidad, ¿es una emoción, un estado, un sentimiento? ¿Cómo se alcanza ese estado pleno de bienestar? La ambigüedad que existe sobre su definición lleva a muchos a establecerla como un objetivo vital, aunque no sea tan especifica y algo abstracta, esto sin contemplar los pasos que hay que dar para su consecución.

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Dentro de todo este espectro de interpretaciones y enfoques sobre lo que es la felicidad, el hedonismo sale como una doctrina filosófica que planeta la búsqueda del placer como uno de los grandes fines o el único de la existencia humana, de acuerdo con el portal especializado Avance Psicólogos.

Esta corriente, originada en las enseñanzas de Epicuro y Aristóteles, sostiene que la felicidad se encuentra en la experiencia del placer y en el evitar el dolor. En la psicología contemporánea, se encuentran resonancias del hedonismo en el psicoanálisis de Freud y el conductismo de Skinner, quienes destacaron la importancia del placer y el aprendizaje a través de refuerzos y castigos, respectivamente.

Un individuo hedonista, sin embargo, no está exento de críticas y complejidades. La equívoca asociación del placer con la felicidad en las personas puede llevar a la confusión entre gratificaciones inmediatas y el bienestar a largo plazo. La eudaimonía, concepto que enfatiza la realización personal y el desarrollo como fuentes de felicidad, según los expertos, contrasta con la visión hedonista, lo que amplia la comprensión sobre lo que significa vivir una vida plena.

Explorar las características del hedonismo nos permite comprender mejor este enfoque hacia la vida. La búsqueda de placer, la evitación del malestar, el balance emocional, la satisfacción vital, el bienestar a corto plazo y la inclinación hacia emociones intensas son aspectos distintivos de la persona hedonista.

Sin embargo, el buscar incesantemente el placer a la vida puede ser una trampa peligrosa, donde cada vez más se requieren experiencias exponencialmente intensas para alcanzar la misma experiencia de la satisfacción como la primera vez, lo que lleva a un estado de insatisfacción, que inclusive puede ser crónico.

De acuerdo con la psicología , si bien el hedonismo hace a los seres humanos reflexionar sobre las motivaciones y la búsqueda de la felicidad, es crucial reconocer que el sufrimiento y las emociones desagradables también forman parte de la experiencia humana.

Otros aseguran que la sabiduría reside en encontrar un equilibrio, aceptando que la vida incluye tanto alegrías como desafíos, y que es la gestión de estas experiencias la que forja un camino hacia una existencia significativa y satisfactoria. En última instancia, el hedonismo incita a vivir una vida que 'valga la pena', llena de introspección y madurez emocional para disfrutar plenamente de todo, más allá del simple placer.

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